Las caricias de mamá y papá
Las condiciones durante el primer año son de impacto sustancial en el desarrollo físico, emocional y psicológico de los niños. En ese período, el masaje para bebés es de gran apoyo. También es una forma especial de vincular al padre y a la madre con su bebé.
Desde los tiempos más remotos, las mamas y los papás hacen caricias espontáneamente al bebé: con los cuidados diarios, durante el baño, mientras lo visten o para ayudarlo a dormir. Es natural acariciar al bebé mientras se le habla o canta. Los efectos son bien conocidos por padres y madres: los chicos se relajan, se calma el llanto o se logra el sueño.
Estudios realizados por el destacado pediatra francés Dr. Frederic Leboyer, atribuyen un poder especial a “shantala”, masajes ancestrales de cuerpo completo que las madres de la India hacen a sus bebés como parte del cuidado diario.
¿Cuándo?
Los masajes se pueden iniciar a partir del mes de nacimiento, una vez que cayó el cordón, y pueden continuarse hasta que los chicos deseen. Si bien la mayoría de las que realizan masajes al bebé son mamás, los papás también pueden aprender las técnicas y realizarlos. Hay que aprender el tono del masaje, -que no sea demasiado duro, sino firme y suave- y el ritmo, que es fundamental.
El momento del día en que se pueden practicar varía de acuerdo a la conveniencia de los padres, la rutina del bebé y también su estado de ánimo: después de jugar en la plaza, antes de dormir, después del baño o por la mañana.
Beneficios
Los beneficios se observan inmediatamente. Los bebés se relajan muchísimo, evacuan cólicos y se fortalece su sistema inmunológico. Los masajes también ayudan a que se forme el sistema muscular.
Los efectos benéficos del masaje no son sólo a corto plazo, traducidos en mejorar el humor del bebé, calmar el llanto o lograr el sueño. Estas caricias inician una relación de comunicación no verbal que puede prolongarse en el futuro, incrementa la sensación de confianza y seguridad mutuas en la relación temprana entre los padres y el bebé, que se manifestará más tarde en padres más sensibles y atentos a las necesidades de sus hijos y en chicos más seguros y confiados.
La mamá también puede obtener beneficios de hacerle masajes a su bebé. “Ella también descarga tensiones”, asegura la especialista. Es que el contacto con su hijo la ayuda a sentirse mejor y más relajada.
Masajes especiales
“Hacer masajes con una técnica específica es un buen recurso al que pueden acudir madres y padres, más allá de lo que ellos hacen sus bebés de forma espontánea”, explica una especialista en salud materno infantil, que enseña a padres la técnica shantala.
Así, por medio de este aprendizaje se logra sistematizar lo que ambos padres hacen espontáneamente y se conocen las secuencias de masajes más adecuadas para el bebé.
Los masajes están indicados en los casos de pequeños (as) con problemas visuales o ceguera, los masajes pueden fomentar una mayor conciencia del cuerpo, y en los chicos (as) con Síndrome de Down o parálisis cerebral, quienes pueden obtener ventajas al mejorar su tono muscular. En casos como estos, los padres, al masajear a sus hijos sienten que hacen algo concreto por su hijo y alivian su angustia o preocupación.
A los niños más grandes, los masajes los ayudan a aliviar tensiones de todo el cuerpo.
Referencias
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